Metro de Londres cambia publicidad por fotos de gatos sin hogar

 

La saturación publicitaria del Metro de Londres puede ser realmente agotadora. Por eso, no es de extrañar que surjan movimientos como éste impulsado por Citizens Advertising Takeover Service (C.A.T.S.). Se trata de un grupo de amigos y amantes de los gatos de Londres que buscan acabar con la publicidad del metro de la ciudad y sustituirla por fotos de mininos adorables que necesitan un hogar.

Un total de 68 anuncios publicitarios han desaparecido del metro de Londres para dar paso a estos adorables gatitos sin hogar. El objetivo es simple: que los londinenses se sientan bien y piensen de manera diferente.

Esta iniciativa decidió 'empapelar' el metro de Londres con las fotos de los animales que necesitan un hogar de acogida, por lo que muchas de las imágenes que se pueden ver son los gatos de Battersea Dogs and Cats Home, la mayor organización benéfica de bienestar felino del Reino Unido.

Esta inicitiva se ha realizado a partir de una campaña de crowdfunding para recaudar el dinero suficiente para reemplazar los anuncios estándar para los nuevos batidos de proteínas y de hipoteca con fotos de los gatos.

 

Se trata del primer proyecto de Glimpse, un nuevo colectivo que tiene como objetivo utilizar la creatividad para buenas causas. "Tratamos de imaginar un mundo donde los espacios públicos hacen sentir bien. Esperamos que la gente disfrute de la estación y tal vez pensar un poco diferente sobre el mundo que les rodea", asegura la página web de la iniciativa. Gracias a esta iniciativa, la estación de metro de Clapham Common presenta adorables gatitos huérfanos de todas las formas y desde todos los ángulos.

Pingüino viaja cada año 8000 km para visitar a su rescatador




Un año más, Dindim, el pingüino que viaja cada año una distancia de aproximadamente 8.000 kilómetros para estar con el pescador que lo salvó de morir ahogado en petróleo, ha llegado a Provetá (Brasil) donde reside Joao Pereira de Sousa. Con este viaje, el pingüino ya ha realizado cinco travesías desde las costas de la Patagonia hasta Brasil para poder estar con su amigo humano.
La historia de esta amistad se fraguó cuando el pescador brasileño encontró a un pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), cubierto de petróleo y hambriento en unas rocas frente a la costa de Río de Janeiro. El hombre tardó una semana para eliminar todo el residuo negro aceitoso de las plumas del ave marina. Lo alimentó y lo cuidó hasta que el animal estuvo bien para poder volver a su vida en el mar.

El pingüino fue rescatado frente a la costa de Río de Janeiro
El pingüino fue rescatado frente a la costa de Río de Janeiro (Otras Fuentes)

Sousa no esperaba volver a ver jamás el animal, pero desde entonces, cada año, el pingüino nada unos 8.000 kilómetros para volver a la costa brasileña donde se reencuentra con el hombre que le salvó la vida.
Para que el animal se pueda recuperar del gran esfuerzo, Pereira de Sousa, de 71 años de edad, lo alimenta cada día con pescado fresco y el pingüino se queda durante ochos meses. Transcurrido este tiempo, Dindim regresa al mar para pasar el resto del año en las costas de Argentina y Chile.
El testimonio de Joao Pereira sedujo a un equipo de televisión de Globo TV que le hizo un reportaje en el que afirma que “cuido al pingüino como si fuera mi propio hijo y yo creo que él me ama”.
La misma televisión puso en contacto a Pereira con el biólogo Joao Paulo Krajewski, quien admitió no haber visto nada igual anteriormente: “Pensamos que el pingüino cree que Joao es parte de su familia, por eso acude cada año a verle”, dijo el especialista para el canal brasileño.
El pescador brasileño y el pingüino han creado un gran vínculo emocional
El pescador brasileño y el pingüino han creado un gran vínculo emocional (Otras Fuentes)

De hecho, uno de los rasgos que mejor define a los pingüinos, que suelen vivir de media unos 25 años, es la lealtad y fidelidad con su compañeros, hasta el punto de que se quedan con la misma pareja hasta que mueren.
El caso de la migración de Dindim no es un fenómeno extraño ya que cientos de especies de pingüinos de Magallanes migran de forma natural miles de kilómetros al norte en busca de comida. Nidifican en las costas de la Antártida, Nueva Zelanda, el sur de Australia, Sudáfrica, Ecuador, Perú, Chile y la Patagonia Argentina y fuera de la época de reproducción se pueden trasladar mucho más al norte, llegando a Brasil o incluso a Colombia y Panamá.

Fuente: lavanguardia










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