Una "fábrica de cachorros" es un lugar donde se producen
“en masa” cachorros, como cualquier otro producto del mercado, para
consumidores irresponsables que atienden a modas, que quieren comprar
barato y que creen que un ser vivo puede ser tratado igual que un
electrodoméstico.
Estos criadores sin escrúpulos:
Tienen a los animales en instalaciones deplorables e insalubres, muchos en jaulas mínimas y al aire libre expuestas a las inclemencias del tiempo.
Los animales están confinados y amontonados en pequeños espacios, comen duermen y defecan en el mismo lugar y no se les permite socialización alguna.
Una vida entera en una jaula es una tortura social y psicológica para cualquier ser vivo.
La comida y el agua suelen ser nulas o escasa y de baja calidad. No cuentan con supervisión veterinaria. Están sometidos a una “vida de perro” en el peor sentido de la expresión.
Crían indiscriminadamente perpetuando desordenes congénitos y hereditarios, dañando muchas generaciones futuras. Fuerzan a las hembras y machos a cruzarse, muchas veces incluso entre padres e hijas, madres e hijos, entre hermanos, etc., con el consabido resultado de la degradación de los genes.
Las hembras que “fabrican” los cachorros son forzadas a permanecer preñadas toda su vida útil, al grado de quedar descalcificadas aun siendo muy jóvenes. Una vez que quedan “inservibles para el negocio” son desechadas para ser rápidamente reemplazadas por otra; para ello las matan o las revenden a otro criador con menos escrúpulos todavía.
Los cachorros son vendidos sin respetar las 8 semanas que la camada debe pasar con su madre y sus hermanos para una buena socialización, muchas veces sin haber sido destetados.
Los cachorros que no se logran vender son exterminados de la forma más cruel.
Los cachorros procedentes de este tipo de macrocriaderos muestran graves desordenes físicos y psicológicos: tienen numerosos problemas crónicos de salud, problemas de comportamiento y enfermedades hereditarias.
En las fábricas de cachorros prima la rentabilidad, como en
cualquier otro negocio, pero al no estar controladas desarrollan su
actividad sobre la base de gastos mínimos para que las ganancias sean
máximas.
Debemos detener estas prácticas crueles y el maltrato en masa de los pobres animales.
NO COMPRES JAMAS UN ANIMAL. ADOPTA!
Es espantoso el grado de crueldad al que pueden llegar ciertos monstruos, indignos de sentirse superiores a las bestias.
ResponderEliminarLa denuncia que se hace aquí, me parece merecedora de todo el eco posible, y de seguir la recomendación de no comprar animales. Mejor rescatarlos de las protectoras
Gracias Nuria, por esta nueva denuncia. Hace falta que se nos pongan antge los ojos cosas como ésta. Si no reaccionamos, no tenemos redención posible.